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Aquella vez en La taberna de Liria, Madrid

Era junio de 2009 y yo era más impresionable (y escribía peor, creo) . Visité La taberna de Liria, un restaurante que, por lo visto, ha cerrado. Copio aquí el comentario que hice en su día, no quiero que desaparezca:
Me apetecía probar en este restaurante, parece obvio que, dada su trayectoria, se va a comer bien y a un precio razonable, así que ahí fuimos. Al llegar nos atendió el propio Miguel López Castanier (lo cual también quiere decir que no estaba a los fogones) y nos dio una mesa con vistas al interior de la barra y a una especie de cuarto trastero en la que había de todo y nada agradable. Antes de esto, tuvimos que sortear cajas de vino y otros obstáculos hasta llegar. No hay manera de empeorar este comienzo. No recuerdo un comedor de restaurante de esta envergadura tan descuidado. Decidimos abstraernos de este tema y pensar sólo en la comida. Las mesas tenían algún defecto en la preparación. Eso sí, vajilla correcta. Se ofrecen varios menús y la carta, elegimos el del 20º aniversario que, con maridaje, cuesta 33 €, 36 € si se elige foie. Probé:
-Aperitivo de morcilla para untar (interesante)
-Foie gras (con cebolla confitada, buena calidad y buena cocción, un acierto) Se maridó con Amézola Crianza (creo que 2005), un buen vino pero del que albergo dudas de su armonía con el plato.
-Bacalao en escabeche de naranja (muy buen punto, algo escueto en ración y guarnición) Se maridó con Marta Cibelina, D.O. Bierzo, un vino espectacular y bien escogido.
-Arroz meloso de pato al oloroso (lo mejor de la comida, exquisito, se acompañaba de unas patatas fritas maravillosas) Se maridó con El linze 2007 (V.T. Castilla), un vino excelente en todos los aspectos.
-Milhojas de helado con chocolate (algo empalagoso, el helado no era tal) Se maridó con Enrique Mendoza Moscatel, un vino agradable. 
Un café que he preferido olvidar, terminó la comida. 
El servicio, a cargo del dueño, fue correcto pero con detalles bastante mejorables. 
La sensación es que se me hace muy difícil entender por qué se cuida tan poco el local, imagino que a los clientes habituales no les importa. La comida, con altibajos, es recomendable, pero lo mejor es probar unos cuantos vinos deliciosos (en casi todos, el dueño tiene algo que ver).

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