La innovación es mi paisaje preferido pero bien, algún día quiero clásicos. Con esa idea nos dirigimos a Chez Paul, o solo Paul, como pone en el letrero.
Un bistró con todas las de la ley, decoración terrible, incómodo y con las mesas muy juntas.
Manteles de papel y servilletas de tela de cuadros. Copas pésimas.
En la carta, despliegue de clásicos franceses, lo buscado. Carta de vinos amplia y más accesible que en otros locales. Elegí un Beaumes de Venise Pierre Rougon 2012 (Beaumes de Venise) que me sorprendió gratamente, un buen vino joven.
Vamos allá:
-Terrina de foie gras (manjar, muy bien hecho, hasta la guarnición de peras al vino me pareció deliciosa, el plato que hay que pedir en este tipo de sitios)
Un bistró con todas las de la ley, decoración terrible, incómodo y con las mesas muy juntas.
Manteles de papel y servilletas de tela de cuadros. Copas pésimas.
En la carta, despliegue de clásicos franceses, lo buscado. Carta de vinos amplia y más accesible que en otros locales. Elegí un Beaumes de Venise Pierre Rougon 2012 (Beaumes de Venise) que me sorprendió gratamente, un buen vino joven.
Vamos allá:
-Terrina de foie gras (manjar, muy bien hecho, hasta la guarnición de peras al vino me pareció deliciosa, el plato que hay que pedir en este tipo de sitios)
-Steak tartare con patatas y ensalada (bueno pero nada especial, no se da a probar y le faltaba alegría, exceso de grasa, las patatas algo secas aunque agradables)
Para acabar, un prescindible café.
El personal es informal a más no poder, la camarera es tan típica que parece de mentira. Correcto, pese a todo.
La cuenta ascendió a 40 €, demasiado.
Restaurante interesante, no puedo decir lo contrario, pero yo esperaba más. Me vale la incomodidad si se ve compensada por buenos puntos y grandes productos. No fue para tanto.
Carta muy variada y amplio horario, puede ser siempre una opción pero hay mejores.
Comentarios
Publicar un comentario