Era una de las novedades gastronómicas de este año en Zahara y me apetecía probarlo, así que toca Salvaje.
Local algo deslavazado. Estética industrial (o como se le quiera llamar) poco conseguida.
Mesas desnudas y servilletas de papel, copas mediocres.
La carta ofrece preparaciones creativas con el pescado como gran protagonista. En lo enológico, carta corta. Rescaté de ella el buen Garum 2015 (V.T. Cádiz) y una copa del soberbio Palo cortado Colección Roberto Amillo (D.O. Jerez-Xérès-Sherry).
Cenamos:
-Ajo blanco-ajo negro (ajos asados y leche de coco, tartar de atún ahumado y ajo negro, buen resultado)
-Tartar de vaca vieja y atún de almadraba, paté de berenjenas y avellanas (lo preferiría ya mezclado pero es un platazo, mucha profundidad en los sabores)
-Tamal de atún de almadraba (descargamento con sabores mexicanos y sobre brasas incandescentes y hoja de plátano con corazón del animal rallado en mesa, correcto)
-Mollejas de retinto, crema de limón y chips de chiles ahumados (nada especial)
-Esponja de té matcha, sopa de chocolate blanco y helado de palo cortado (buen postre)
El café, mejorable.
El personal, informal hasta el extremo, se mostró amable.
Pagamos 46 € por persona.
En esa cocina hay buenas ideas pero falta algo. Todo pretende ser canalla, poco lo es realmente. Una presentación más pulida ayudaría a incrementar la sensación de placer.
La valentía hay que demostrarla en los platos, no en las formas.
Esperaba más.
Local algo deslavazado. Estética industrial (o como se le quiera llamar) poco conseguida.
Mesas desnudas y servilletas de papel, copas mediocres.
La carta ofrece preparaciones creativas con el pescado como gran protagonista. En lo enológico, carta corta. Rescaté de ella el buen Garum 2015 (V.T. Cádiz) y una copa del soberbio Palo cortado Colección Roberto Amillo (D.O. Jerez-Xérès-Sherry).
Cenamos:
-Ajo blanco-ajo negro (ajos asados y leche de coco, tartar de atún ahumado y ajo negro, buen resultado)
-Tartar de vaca vieja y atún de almadraba, paté de berenjenas y avellanas (lo preferiría ya mezclado pero es un platazo, mucha profundidad en los sabores)
-Tamal de atún de almadraba (descargamento con sabores mexicanos y sobre brasas incandescentes y hoja de plátano con corazón del animal rallado en mesa, correcto)
-Mollejas de retinto, crema de limón y chips de chiles ahumados (nada especial)
-Esponja de té matcha, sopa de chocolate blanco y helado de palo cortado (buen postre)
El café, mejorable.
El personal, informal hasta el extremo, se mostró amable.
Pagamos 46 € por persona.
En esa cocina hay buenas ideas pero falta algo. Todo pretende ser canalla, poco lo es realmente. Una presentación más pulida ayudaría a incrementar la sensación de placer.
La valentía hay que demostrarla en los platos, no en las formas.
Esperaba más.
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