El Tatau es siempre buena idea, allá vamos...
De nuevo en la sala, así que ningún cambio.
Esta vez fue un menú pactado de 40 € sin bebidas. De la carta de vinos, que sigue escueta, escogí La Miranda de Secastilla Garnacha blanca 2016 (D.O. Somontano), un blanco apasionante, y Albada Finca Llano Herrera 2012 (D.O. Calatayud), elegante y voluminoso.
Comimos:
-Gilda (buena calidad)
-Tartar de trucha de El Grado (un clásico y cada vez mejor)
-Fina coca de sardina (muy agradable)
-Patata brava (buena solución para incluir su mítica ración en el menú, pero no llegan a esa excelencia)
-Vieira, papada y manzana verde (combinación conocida pero que alcanza aquí cotas altísimas, muy conseguido)
-Salmonete, huevo frito y guiso de morro de cerdo (goloso hasta el extremo, técnica y sabor, el mejor plato que he probado aquí y uno de los que podría definir esta casa)
-Ciervo del Pirineo con puré de coliflor tostada (fantástica carne y su fondo, me gustó menos el puré)
-Piruleta (a modo de los antiguos sorbetes, divertido)
-Espuma de crème brûlée (buena, pero me hubiera gustado un postre más contundente)
Un gran café para acabar, como siempre.
Se ofrecieron licores por cortesía de la casa.
Servicio correcto y simpático.
Pagamos 54 € por persona.
Se me acaban los adjetivos para la cocina de Tonino Valiente, en cada visita sorprende y satisface. Suelo hablar de su progresión, pero es tan obvia que poco aportan estas palabras.
A este menú podría ponerle algún pero (más riesgo u otro aperitivo más que hable de su concepto, por ejemplo), lo cual no impide que sea excepcional.
En esta casa se disfruta mucho, no os lo perdáis...
De nuevo en la sala, así que ningún cambio.
Esta vez fue un menú pactado de 40 € sin bebidas. De la carta de vinos, que sigue escueta, escogí La Miranda de Secastilla Garnacha blanca 2016 (D.O. Somontano), un blanco apasionante, y Albada Finca Llano Herrera 2012 (D.O. Calatayud), elegante y voluminoso.
Comimos:
-Gilda (buena calidad)
-Tartar de trucha de El Grado (un clásico y cada vez mejor)
-Fina coca de sardina (muy agradable)
-Patata brava (buena solución para incluir su mítica ración en el menú, pero no llegan a esa excelencia)
-Vieira, papada y manzana verde (combinación conocida pero que alcanza aquí cotas altísimas, muy conseguido)
-Salmonete, huevo frito y guiso de morro de cerdo (goloso hasta el extremo, técnica y sabor, el mejor plato que he probado aquí y uno de los que podría definir esta casa)
-Ciervo del Pirineo con puré de coliflor tostada (fantástica carne y su fondo, me gustó menos el puré)
-Piruleta (a modo de los antiguos sorbetes, divertido)
-Espuma de crème brûlée (buena, pero me hubiera gustado un postre más contundente)
Un gran café para acabar, como siempre.
Se ofrecieron licores por cortesía de la casa.
Servicio correcto y simpático.
Pagamos 54 € por persona.
Se me acaban los adjetivos para la cocina de Tonino Valiente, en cada visita sorprende y satisface. Suelo hablar de su progresión, pero es tan obvia que poco aportan estas palabras.
A este menú podría ponerle algún pero (más riesgo u otro aperitivo más que hable de su concepto, por ejemplo), lo cual no impide que sea excepcional.
En esta casa se disfruta mucho, no os lo perdáis...
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